Rosácea, algo más que "ponerse colorado"

1º de octubre de 2009 - PRO-SALUD News

Una condición que no es peligrosa desde lo médico pero condiciona severamente la calidad de vida

Rosácea, algo más que "ponerse colorado"

Para prevenir esta patología que consiste en la dilatación de los vasos sanguíneos del rostro y cuyos estadios van desde leve a severa, lo fundamental es seguir al pie de la letra los tratamientos y no discontinuarlos, pero además procurar evitar todos los factores que contribuyen a su desarrollo y agravamiento.

Buenos Aires - Todas las personas han experimentado más de una vez en su vida la sensación de "ponerse colorado" ante una situación o momento que provoca vergüenza o nervios. Sin embargo, cuando esa eventualidad se convierte en algo cotidiano ya no se trata de una manifestación del organismo ante una determinada emoción sino de una condición médico-dermatológica que recibe el nombre de Rosácea.

Los especialistas calculan que aproximadamente el 20 por ciento de la población padece esta patología cuya característica principal es la dilatación de los pequeños vasos sanguíneos del rostro (y consecuente enrojecimiento), y que en los casos leves produce cambios en la apariencia, pero en los más severos puede llegar a provocar modificaciones en el tamaño de la nariz.

Es por eso que si bien la rosácea no reviste gravedad desde el punto de vista médico -aunque librada a su evolución o no siguiendo los tratamientos evoluciona y se complicada cada vez más-, lo fundamental a tener en cuenta cuando se presenta es el aspecto psíquico-social pues diversos estudios han demostrado que las afecciones de la piel, sobre todo aquellas que se manifiestan en zonas visibles como el rostro o las manos pueden provocar depresión, ansiedad e inseguridad, y de a poco llevar al aislamiento.

De hecho, una encuesta realizada por la National Rosacea Society de los Estados Unidos marcó que más del 76 por ciento de los pacientes sufren de baja autoestima y falta de confianza y muchos reportaron que esto los llevó a evitar el contacto público o actividades sociales. Por otra parte, cerca del 70 por ciento de las personas con rosácea severa, manifestó sentirse afectado negativamente en el ámbito profesional.

"Para prevenir estas situaciones lo más conveniente es seguir un tratamiento que adaptado a cada persona permitirá disminuir los síntomas, es decir el enrojecimiento, pero además evitar que la condición continúe progresando. No obstante, en este punto es importante hacer una salvedad: dado que la rosácea no tiene causa conocida, aún no contamos con abordajes curativos, sólo paliativos que dependiendo la edad del paciente, el grado de enfermedad con el que éste 'debute' y el nivel de adherencia, serán más o menos efectivos", explicó en diálogo con Pro-Salud News la doctora Mónica Ibarra, médica dermatóloga.

"Cuando una persona no se trata -continúo la especialista- a medida que pasan los años esta patología puede agravarse, nunca retroceder. Esto no quiere decir que no existan períodos de estabilidad que incluso pueden ser bastante prolongados, pero en general el pronóstico tiende al empeoramiento".

¿Quiénes pueden padecer rosácea?
Aunque esta condición afecta principalmente a las personas adultas, en un rango que va entre los 30 y 60 años, encontrándose el pico entre los 40 y 50; lo cierto es que también la padecen adolescentes, hombres y mujeres por igual.

"Hay una leve preponderancia en las personas de tez blanca así como también en las mujeres aunque no es significativa. Con respecto a los varones, dado que suelen tener vasos sanguíneos más grandes, es frecuente que ellos presenten cuadros más avanzados o con mayores cambios en la forma de la nariz por ejemplo. En el caso de la Argentina y aún no contando con estadísticas propias podemos extrapolar los números de otros países y decir que aproximadamente el 20 por ciento de la población padece rosácea. De esos, se cree que entre el 20 y 30 por ciento cuentan con antecedentes familiares", sostuvo la doctora Ibarra.

Causas y tipos de rosácea
El enrojecimiento característico de esta condición, de apariencia similar al rubor o a las quemaduras solares se produce porque una gran cantidad de sangre fluye hacia los vasos sanguíneos de la cara y éstos se dilatan.

Como resultado de este proceso, con el tiempo la piel se inflama y es posible que aparezcan granitos en la cara, razón por la cual muchas veces se llama a la rosácea "acné del adulto", pero la diferencia con éste es que no hay comedones.

De acuerdo a la combinación de múltiples factores, esta enfermedad puede presentarse en su forma leve cuando existe una tendencia a ruborizarse con facilidad, así como también un enrojecimiento persistente en la zona centrofacial; moderada en los casos en los cuales además del enrojecimiento aparecen pequeñas lesiones sobreelevadas en la nariz, mejillas, frente y mentón; o severa cuando existe un agrandamiento de las glándulas sebáceas y el tamaño de la nariz (rinofima) y algunas veces de las mejillas determinando un engrosamiento irregular del tejido.

Claves del tratamiento
La primera instancia fundamental es la consulta. Esto es porque la súbita aparición del enrojecimiento puede llevar a la persona que la padece a pensar que se trata o bien de una situación pasajera, de una quemadura producto de la exposición solar, de una característica familiar e incluso -en el caso de las mujeres que se encuentran en esa edad- de un síntoma de la menopausia.

"El primer signo al que hay que estar atentos es la sensación de 'cara caliente'. Cuando ésta persiste es necesario acercarse al dermatólogo para que pueda hacer los estudios necesarios e indicar un tratamiento. Esto tiene que quedar bien claro porque muchas personas consultan recién cuando aparecen los síntomas oculares que muchas veces son similares a los de la conjuntivitis alérgica".

"Aunque como ya fue dicho hoy no contamos con la posibilidad de curar la rosácea, llevando adelante un correcto abordaje y siendo persistentes podemos lograr que los pacientes permanezcan asintomáticos, es decir que sientan, por ejemplo, lo que experimenta una persona que no padece esta patología al ponerse colorado por vergüenza", refirió la doctora Ibarra.

"¿Cómo se logra esto?: combinando diversas herramientas. Por un lado la farmacológica, área en la cual afortunadamente contamos con nuevas posibilidades que incluyen productos de uso local (geles o cremas) así como también productos de administración por vía oral. También existe la chance de indicar a los pacientes la realización de sesiones de drenaje linfático, láses o luz pulsada intensa, dependiendo la gravedad del cuadro. Finalmente, uno de los puntos más estratégicos consiste en llevar adelante una dieta sana y equilibrada, pero además evitar la exposición a factores que pueden agravar la rosácea entre los que se cuentan el estrés, las situaciones extremadamente emotivas o traumáticas y los cambios de clima", concluyó la especialista.

Número de matrícula del especialista consultado:

- Doctora Mónica Ibarra: M.N. 80.6014


Para mayor información:

- Sociedad Argentina de Dermatología (SAD): http://www.sag.org.ar

- National Rosacea Society (NRS): http://www.rosacea.org